Fray Juan Márquez (1564-1621) es considerado uno de los religiosos más ilustres de la orden de San Agustín y figura clave del pensamiento político en la España moderna. Desempeñó con lucimiento, aunque no sin dificultades, todos los cargos que ocupó, tanto dentro como fuera de su congregación, destacando en los de predicador real y consultor del Santo oficio. Fue autor de una obra de considerable proyección internacional que se hizo eco de las controversias político-religiosas de su tiempo. Su profunda huella del saber humanista se prolongó más allá de la llamada Reforma católica, modelando un pensamiento que cuestionaba los límites propios del dogmatismo escolástico. La obra y el hombre se confunden en su intensa pero breve vida. Sin embargo, quien fuera un modelo intelectual para sus hermanos de hábito, también tuvo que hacer frente a los recelos y envidias de sus contemporáneos. Su brillante formación académica, su ingeniosa elocuencia y su personal aporte a la literatura moralizante postridentina fueron criterios incuestionables para que la posteridad lo declarase principal autor en tiempos de Felipe III.